Todo el texto que plantea esta entrada es una excusa para colgar el video que encontraréis al final de la misma. Podéis ahorraros el discurso que sigue, e incluso el video si tenéis otra cosa que hacer.
Este video se comenzó hace años y su elaboración ha llevado lustros, así que os veréis más jóvenes. Adoro y respeto a su creador por mil virtudes y seis o siete defectos, y aunque ya os digo que el video no tiene mucho fondo y lo más pesado y bonito ha sido pedir y encajar vuestras fotos, tiene la intención de dar las gracias, que siempre son pocas, con cañeo y alevosía, como me gusta, y dar difusión a un blog que abandono en reiteradas ocasiones y luzco orgullosa en otras, pero que continuo porque escribir me descubre, me enseña a mirar y me ayuda a vomitar opiniones corregidas.
Rezare para no perder el norte de narrar lo que me apasiona y no ahogarme en contar los “me gustas”, el “retuiteo”, los posicionamientos SEO, o las estadísticas de visitas, y lucharé con una demanda de información que es más rápida que el punzón con el que escribo, porque consciente de que el blog y yo podemos ser más tristemente olvidados que un perro en la puerta de un súper, mi supervivencia bloguera depende de mi capacidad de trabajo y de no perder las ganas de tirarme a la piscina o más correctamente al mar, por lo que tratare de mimar y cuidar lo que aquí escriba y transmitir esas vibraciones que más fuertes que las feromonas de un caniche me acercan a quien me lee.
Para los que leyeron hasta aquí, espero que os guste el video y gracias por aguantarme en el sentimiento.